En vísperas del Día Mundial de la Tuberculosis, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) pide urgentemente inversiones, ayudas, atención e información para luchar contra la tuberculosis (TB), en tiempos en que la pandemia por COVID-19 ha revertido los avances logrados contra una de las enfermedades infecciosas más mortales del mundo.
Cada día más de 70 personas fallecen y 800 enferman de tuberculosis en las Américas. Aunque los esfuerzos para combatir la enfermedad han salvado más de 1,2 millones de vidas en la región desde el año 2000, se estima que las muertes anuales han aumentado en 3.000 en 2020 debido a la interrupción de los servicios esenciales.
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"Las personas con tuberculosis se encuentran entre las más marginadas y vulnerables de la sociedad, y se enfrentan a barreras para acceder a la atención que salva vidas", afirmó Marcos Espinal, Director de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS.
"Hay que tomar todas las medidas necesarias para restablecer plenamente los servicios de tuberculosis interrumpidos por la pandemia, especialmente para los más vulnerables. Invertir más en la tuberculosis salvará millones de vidas, incluidas las de los niños", acotó Espinal.
Se estima que 18.300 niños de hasta 15 años viven con TB en las Américas, pero más de la mitad carecen de acceso a servicios de diagnóstico y tratamiento. La COVID-19 también ha tenido un impacto desproporcionado en los niños y adolescentes con TB, lo que ha provocado un aumento de la transmisión en sus hogares, una reducción de la vigilancia activa, menos ocasiones para acudir a un centro de salud y un seguimiento limitado del tratamiento.
Esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado unas directrices actualizadas para el tratamiento de la tuberculosis en niños y adolescentes. Incluyen recomendaciones para ampliar las pruebas de diagnóstico y el tratamiento, medicamentos para tratar la TB farmacorresistente en los niños, y nuevos modelos de atención descentralizada e integrada para mejorar el acceso a la atención y el tratamiento preventivo más cerca del hogar.
“En las actividades de prevención y tratamiento de la tuberculosis se atiende menos a los niños y adolescentes que a los adultos”, dijo la doctora Tereza Kasaeva, Directora del Programa Mundial sobre Tuberculosis de la OMS. “Las directrices publicadas por la OMS deberían cambiar esta situación para que se diagnostique y se trate antes esta enfermedad en dicho grupo de edad, mejore el desenlace clínico de los pacientes y se detenga la transmisión”.
Aunque se ha salvado la vida a 66 millones de personas en todo el mundo desde 2000, la mortalidad por tuberculosis aumentó en 2020 por primera vez en más de una década. Además, los conflictos que azotan Europa oriental, África y Oriente Medio han agravado la situación que viven los grupos poblacionales vulnerables.
El aumento de la inversión en servicios e investigación sobre la tuberculosis aceleraría la recuperación de los logros contra la enfermedad. El gasto mundial en diagnóstico, tratamiento y prevención de la tuberculosis en 2020 fue menos de la mitad del objetivo mundial de 13.000 millones de dólares anuales previsto para 2022. Según la OMS, se necesitan 1.100 millones de dólares adicionales al año para investigación y desarrollo.